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January 29, 2019

La economía colaborativa, construcción desde Latinoamérica

Sin embargo, una gran mayoría de estas nuevas oportunidades vienen pensadas y desarrolladas desde países más avanzados y responden a sus propias problemáticas. En este sentido, la economía colaborativa también puede traer relaciones internacionales desiguales entre norte y sur, al igual que los sectores económicos más tradicionales. En otras palabras, es importante “descolonizar” la economía colaborativa imaginada en Europa y EEUU para pensarla desde el Sur. Es así, como un recorrido del contexto social, económico y cultural de América Latina nos permitirá tener como punto de partida nuestras realidades locales para promover y desarrollar una economía colaborativa Latinoamérica.

Las 1001 definiciones de la economía colaborativa

La economía colaborativa, término inventando en países desarrollados, tiene distintas formas de entenderse, definiciones que incluso pueden ser entre sí contradictorias. El análisis de Madariaga, Cañigueral y Popeo(1) presenta una de las definiciones más interesantes de la economía colaborativa: “la economía colaborativa permite utilizar, compartir, intercambiar o invertir recursos o bienes, pudiendo existir o no una contraprestación monetaria entre los usuarios”. La economía colaborativa es una tendencia reciente en los países desarrollados que trata de responder a los retos contemporáneos (crisis financiera, económica, ecológica, individualismo, competición salvaje y destrucción del Estado de bienestar entre otros) haciendo un uso central -pero no exclusivo- de las nuevas tecnologías.

Uno de las grandes áreas hace referencia al futuro del trabajo que busca responder a los crecientes niveles de desempleo, la expansión de los contratos precarios y de los trabajos con plataformas digitales como Uber o Airbnb. Sobre este aspecto del futuro del trabajo, los actores de la economía colaborativa abogan por un trabajo que tenga un sentido y un impacto positivo en la sociedad. En cuanto a la organización de las estructuras de trabajo, se busca utilizar nuevas formas de organización para romper con la fuerte jerarquía de las organizaciones tradicionales pero también adaptarse a la flexibilidad y el dinamismo de los mercados digitales.

Asimismo, la economía colaborativa abarcan temáticas bastante amplias de nuestras sociedades, desde las ciudades colaborativas, la educación, la movilidad, las prácticas colaborativas hasta los ecosistemas colaborativos (2).

La economía colaborativa a la conquista de América Latina

En Latinoamérica, la economía colaborativa tiene una gran influencia de los países europeos. Las iniciativas europeas han sido el motor de los proyectos de economía colaborativa en estos países. Este apoyo puede darse a través de financiamiento de proyectos, conexiones internacionales entre individuos y/o producciones de saberes, académicos o culturales.

Empecemos hablando de las redes o colectivos de emprendedores ya que son uno de los actores importantes en la difusión de la economía colaborativa. Es el caso por ejemplo del colectivo Ouishare, constituido en Francia que se extendió a norteamérica, latinoamérica, áfrica y medio oriente. Así, la mayoría de los conectores (miembros más activos de la organización) provienen de Europa y la mayoría de los eventos globales se realizan en Europa. Adicionalmente, se puede notar que una parte importante de los conectores de América Latina presentan un perfil internacionalista, con estudios universitarios o experiencias en Europa. Podemos también mencionar a la comunidad FairCoop, nacida en Cataluña por cooperativas integrales, que tiene sin embargo un corte mucho más político que otras comunidades. Esta comunidad fue creada por activistas de esta región que se oponen al modelo económico vigente dominado por el sistema financiero y promueven las cooperativas como principal actor de la actividad económica, organización histórica en esta parte de España. Otra red que se puede mencionar es Impact Hub, una red de coworking que impulsa los proyectos de emprendedores. Esta red nació de una iniciativa europea y se extendió en el mundo entero, incluso en América Latina.

Por otra parte, la producción de conocimiento y nuevas tecnologías en Europa y Estados Unidos influyen también la forma de pensar y ver el mundo(3). Se puede mencionar así el ejemplo de los Fablabs, un modelo donde predomina la tecnología digital y su uso personal. Proviene de las universidades norteamericanas y este proceso innovador cuenta ya decenas de sedes en América Latina. Así, la mayoría los materiales son en inglés y a pesar de proponer formaciones en todos los idiomas, se necesita conocer el inglés para poder utilizar estas nuevas tecnologías de primera mano. Como bien se sabe, el idioma implica también la difusión de valores culturales y de formas de ver y interpretar el mundo.

Otro de los aportes importantes de la economía colaborativa es pensar su proyecto a través de modelos de negocio. Por ejemplo es muy popular en este sector utilizar el modelo de negocio CANVAS desarrollado por el suizo Alexander Osterwalder. Este modelo permite estructurar un pensamiento lógico de su proyecto, que si bien puede ser muy valioso en algunos aspectos, tiene también un enfoque importante en marketing, es decir que se preocupa más por vender que por solucionar problemas de una sociedad (4). Otro ejemplo son los instrumentos pre-listos como The Platform Design Toolkit para armar modelos de negocio en plataforma, lo que claramente encamina y limita otros enfoques de la economía colaborativa.

Finalmente, los emprendedores buscan fuentes de financiamiento para poder arrancar y desarrollar sus proyectos. Los fondos destinados a financiarlos pueden ser públicos o privados. Esta estrategia se llama en Relaciones Internacionales el poder blando. El poder blando tiene como objetivo influenciar las decisiones y los comportamientos de otros para obtener los resultados que uno desea. Se opone al poder duro y más tradicional como pueden ser los poderes militares o económicos (bloqueos, sanciones económicas). Así, el reporte The Soft Power 30 (5) propone una clasificación de los 30 países más activos en término de poder blando. Unas de las métricas del estudio utilizada para constituir la clasificación y que nos interesa son la ayuda extranjera para el desarrollo, misiones permanentes de organizaciones multilaterales y el número de estudiantes extranjeros. Los resultados de este estudio son inequívocos, los 30 primeros países en 2017 son casi todos de Europa y de América del Norte. El único país latinoamericano es Brasil, en la posición 29, después de Hungría. En el mismo sentido, las multinacionales y sus fundaciones asociadas provienen principalmente de las mismas regiones del globo. Estos financiamientos de proyectos de emprendimiento, cualquiera sean sus sectores, si bien puede tener un propósito moral sincero, trae irremediablemente consigo valores y visiones del mundo a la hora de elegir los proyectos que van a financiar.

Por lo tanto se hace necesario partir de las condiciones socioculturales y medioambientales para proyectar los retos que tendría la economía colaborativa en los países latinoamericanos.

Se hace necesario partir de las condiciones socioculturales y medioambientales para proyectar los retos que tendría la economía colaborativa en los países latinoamericanos.

Pensar la economía colaborativa desde América Latina

Geert Hofstede Cultural Model

Una característica cultural de los latinoamericanos es un sentido alto de la comunidad, al contrario de los países europeos que tienden a ser mucho más individualista. Por consecuencia el modelo cultural de Geert Hofstede nos muestra que existe en América Latina, sobre todo en clases populares, prácticas comunitarias importantes. Así los proyectos de la economía colaborativa podrían desarrollarse y crecer apoyándose en estas estructuras solidarias existentes. Estos proyectos podrían así alcanzar mayor impacto y involucrar mucho más a sectores de la población.

Una característica cultural de los latinoamericanos es un sentido alto de la comunidad, al contrario de los países europeos que tienden a ser mucho más individualista.

Por otro lugar, la situación económica y social de América Latina es particularmente preocupante. La CEPAL nos indica que la tasa de pobreza del subcontinente creció en 2016 hasta afectar más de 30% (6) de la población, mientras que esta misma tasa es de “solo” 17,3% en los países europeos (7). Adicionalmente, los niveles de desigualdad, íntimamente ligado a los niveles de pobreza, hacen de los países latinoamericanos países muy desiguales en la distribución de ingreso. La economía colaborativa podría tener como reto ocupar los espacios dejado vacío por la economía tradicional, empoderando y apoyando poblaciones vulnerables con proyectos productivos por ejemplo.

Por otra parte, el nivel educativo de América Latina está bastante limitado frente a otros continentes. Así, los países de América Latina gastan menos del 5% de su PIB en educación comparado a los más de 6% gastados por los países desarrollados(8). Además no lograr una universalización de la educación, tienen dificultades en ofrecer una educación de alta calidad. Los resultados a la prueba PISA nos muestra que el continente se encuentra al final de cola en casi todos los aspectos de la encuesta(9). En cuanto a investigación, los países latinoamericanos están también muy por debajo de los estándares de los países más desarrollados, graduando pocos doctores al año(10). La economía colaborativa, sin reemplazar la educación tradicional, tiene grandes oportunidades para proponer contenidos educativos a través de la nueva tecnología a las personas que no tienen la oportunidad de ofrecerse una educación en la universidad privada.

En cuanto al tema del futuro del trabajo, la economía colaborativa en América Latina tendría un enfoque distinto al que tiene en Europa dado a contextos radicalmente diferentes. Así según la Organización Internacional del Trabajo(11), América Latina se destaca por tener un nivel de empleo informal importante, llegando a un nivel superior al 53%, mientras que en Europa y América del Norte el trabajo informal está por debajo del 20%. En América Latina, el trabajo como freelance o por plataformas digitales puede ser visto como una oportunidad para mejorar las condiciones laborales de la población y no como una amenaza como lo puede ser en Europa. Claro está que los proyectos no se deberán aprovechar de la cultura informal para su propio beneficio (tipo Uber) pero realmente para el beneficio general, tanto para los trabajadores como los usuarios de los proyectos.

Por otra parte, América Latina es ahora uno de los continentes más urbanizados del planeta, con un 80% de la población viviendo en ciudades(12). Esta rápida concentración de la población en ciudades ocasiona problemáticas a todo nivel ya sea a nivel del transporte, la contaminación, la poca planeación urbanística y muchos otros problemas. La economía colaborativa tiene así un papel muy importante para mejorar las condiciones de vida de su población urbana y tener como objetivo desarrollar una ciudad más sostenible. Así por ejemplo, ¿cómo mejorar el transporte en ciudades que fueron construidas solamente en torno del carro particular?

Por otra parte, los desafíos del cambio climático para los países en vía de desarrollo pueden ser mayores a los de los países occidentales(13). Los riesgos de fenómenos naturales desastrosos son mayores y la preparación de estos países para enfrentarlos son muy insuficientes. Adicionalmente, la región latinoamericana está clasificada como una región con recursos naturales (renovables o no) muy importantes por el Banco Mundial(14). Pareciera que los recursos naturales (como el “pulmón” del mundo que es la Amazona) fueran una oportunidad de crecimiento pero son también un riesgo a largo plazo por la amenaza del cambio climático y del modelo actual de extracción de los recursos naturales. ¿Podría la economía colaborativa en América Latina proponer un modelo de desarrollo menos voraz de recursos primarios?

Finalmente en cuanto al mundo digital, el aspecto importante de la economía colaborativa, América Latina a pesar tener más dinamismo en los últimos años sigue mostrando un retraso importante frente a Europa. Así, la penetración de Internet fue de 66% en 2017 contra más de 84%(15) para Europa. Otro dato interesante a tomar en cuenta es el poco acceso móvil al Internet en los países latinoamericanos. Así en Perú, 54% de los peruanos accedieron a Internet a través del celular pero solo un 30% cuentan con un plan de datos, es decir que solo un tercio de peruanos tienen Internet en su bolsillo(16). Son datos y realidades digitales importantes a tomar en cuenta cuando pensamos en aplicaciones móviles si queremos que la economía colaborativa alcanza a un máximo de persona.

Un rápido panorama del contexto social, económico, laboral y medioambiental de las sociedades latinoamericanas nos permite resaltar diferencias importantes entre países desarrollados y la región latinoamericana. La economía colaborativa latinoamericana debe tomar en cuenta estas realidades para operar de manera más eficiente en nuestra región. Identificamos algunos retos importantes para la economía colaborativa en diferentes áreas. Las experiencias foráneas no deberían ser necesariamente ser copiadas o replicadas en América Latina, pero sí serán fuente de inspiración para integrar las oportunidades locales con ideas internacionales.

Las experiencias foráneas no deberían ser necesariamente ser copiadas o replicadas en América Latina, pero sí serán fuente de inspiración para integrar las oportunidades locales con ideas internacionales.

1. Madariaga, Cañigueral, Popeo, (2018). Claves para entender la economía colaborativa y de plataformas en las ciudades. CIPPEC, http://www.cippec.org/publicacion/claves-para-entender-la-economia-colaborativa-y-de-plataformas-en-las-ciudades/

2. Werlen, Martin, (2018). Ce que l'on a appris en construisant Ouishare, https://www.ouishare.net/article/ce-que-lon-a-appris-en-construisant-ouishare

3. Surth, Lilian, (2015). El rol colonizador del lenguaje, Universidad de Carabobo, http://servicio.bc.uc.edu.ve/multidisciplinarias/estudios_culturales/num14/art02.pdf

4. Dehter, Mario (2014). El lado oscuro del Modelo Canvas, Mario Dehter CEO Blog https://mariodehter.com/aprender/el-lado-oscuro-del-modelo-canvas_7008/

5. Soft Power 30, (2018). Un ranking Global de Poder Blando, Soft Power 30, https://softpower30.com/wp-content/uploads/2018/07/The_Soft_Power_30_Report_2017_SP-1.pdf

6. CEPAL, (2017). La pobreza aumentó en 2016 en América Latina y alcanzó al 30,7% de su población, porcentaje que se mantendría estable en 2017, CEPAL, https://www.cepal.org/es/comunicados/la-pobreza-aumento-2016-america-latina-alcanzo-al-307-su-poblacion-porcentaje-que-se

7. Observatoire des inégalité, (2018). La pauvreté en Europe, Observatoire des inégalités, https://www.inegalites.fr/La-pauvrete-en-Europ

8. Rebossio, Alejandro, (2014). La escolarización en Latinoamérica aumenta respecto a hace 10 años, El País, https://elpais.com/sociedad/2014/05/26/actualidad/1401141073_241656.html

9. OECD, (2016). Singapur encabeza la última encuesta PISA sobre educación que realiza la OCDE a escala internacional, OECD, URL: http://www.oecd.org/pisa/singapur-encabeza-la-ultima-encuesta-pisa-sobre-educacion-que-realiza-la-ocde-a-escala-internacional.htm

10. NSF, (2018). Science & Engineering Indicators 2018, National Science Foundation, URL: https://www.nsf.gov/statistics/2018/nsb20181/assets/561/tables/at02-37.pdf

11. OIT, (2018). Mujeres y hombres en la economía informal: un panorama estadístico, URL: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/documents/publication/wcms_635149.pdf

12. Sawe, Benjamin Elisha (2018). Continents Of The World By Degree Of Urbanization, WorldAtlas, URL: https://www.worldatlas.com/articles/continents-of-the-world-by-degree-of-urbanization.html

13. Sola, Miguel, (2017). El mapa de los países que no sobrevivirán al cambio climático, El Confidential, URL: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-08-30/cambio-climatico-paises-sobrevivir_1435524/

14. Lange, Woden, Carey, (2018). The Changing Wealth of Nations 2018, World Bank, URL: https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/29001/9781464810466.pdf, Página 233

15. Philippe, (2017). Pénétration d’Internet dans le monde en 2017, La Newsroom de Publicis Media, URL: http://www.newsroom-publicismedia.fr/penetration-dinternet-dans-le-monde-en-2017/

16. Osiptel, (2018). Teléfonos Móviles que accedieron a Internet, según disponibilidad de datos, URL: https://www.osiptel.gob.pe/repositorioaps/data/1/1/1/par/68-acceso-internet-movil-empresa-datos-plan/IntMovil_C6.5_DisponibilidadDatos.pdf

La economía colaborativa, construcción desde Latinoamérica

by 
Rémi Norrito
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January 27, 2019
La economía colaborativa, construcción desde Latinoamérica
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Los progresos tecnológicos y los cambios sociales inherentes a estos pueden ser vistos como una amenaza a nuestros hábitos de vida, nuestras formas de trabajar, acentuando el individualismo y la competencia feroz. Dentro de este panorama la economía colaborativa y los nuevos ecosistemas digitales son considerados como una oportunidad para América Latina, empoderando los individuos, creando y fortaleciendo lazos de solidaridad y mitigando el efecto de la actividad humana sobre nuestra planeta.

Sin embargo, una gran mayoría de estas nuevas oportunidades vienen pensadas y desarrolladas desde países más avanzados y responden a sus propias problemáticas. En este sentido, la economía colaborativa también puede traer relaciones internacionales desiguales entre norte y sur, al igual que los sectores económicos más tradicionales. En otras palabras, es importante “descolonizar” la economía colaborativa imaginada en Europa y EEUU para pensarla desde el Sur. Es así, como un recorrido del contexto social, económico y cultural de América Latina nos permitirá tener como punto de partida nuestras realidades locales para promover y desarrollar una economía colaborativa Latinoamérica.

Las 1001 definiciones de la economía colaborativa

La economía colaborativa, término inventando en países desarrollados, tiene distintas formas de entenderse, definiciones que incluso pueden ser entre sí contradictorias. El análisis de Madariaga, Cañigueral y Popeo(1) presenta una de las definiciones más interesantes de la economía colaborativa: “la economía colaborativa permite utilizar, compartir, intercambiar o invertir recursos o bienes, pudiendo existir o no una contraprestación monetaria entre los usuarios”. La economía colaborativa es una tendencia reciente en los países desarrollados que trata de responder a los retos contemporáneos (crisis financiera, económica, ecológica, individualismo, competición salvaje y destrucción del Estado de bienestar entre otros) haciendo un uso central -pero no exclusivo- de las nuevas tecnologías.

Uno de las grandes áreas hace referencia al futuro del trabajo que busca responder a los crecientes niveles de desempleo, la expansión de los contratos precarios y de los trabajos con plataformas digitales como Uber o Airbnb. Sobre este aspecto del futuro del trabajo, los actores de la economía colaborativa abogan por un trabajo que tenga un sentido y un impacto positivo en la sociedad. En cuanto a la organización de las estructuras de trabajo, se busca utilizar nuevas formas de organización para romper con la fuerte jerarquía de las organizaciones tradicionales pero también adaptarse a la flexibilidad y el dinamismo de los mercados digitales.

Asimismo, la economía colaborativa abarcan temáticas bastante amplias de nuestras sociedades, desde las ciudades colaborativas, la educación, la movilidad, las prácticas colaborativas hasta los ecosistemas colaborativos (2).

La economía colaborativa a la conquista de América Latina

En Latinoamérica, la economía colaborativa tiene una gran influencia de los países europeos. Las iniciativas europeas han sido el motor de los proyectos de economía colaborativa en estos países. Este apoyo puede darse a través de financiamiento de proyectos, conexiones internacionales entre individuos y/o producciones de saberes, académicos o culturales.

Empecemos hablando de las redes o colectivos de emprendedores ya que son uno de los actores importantes en la difusión de la economía colaborativa. Es el caso por ejemplo del colectivo Ouishare, constituido en Francia que se extendió a norteamérica, latinoamérica, áfrica y medio oriente. Así, la mayoría de los conectores (miembros más activos de la organización) provienen de Europa y la mayoría de los eventos globales se realizan en Europa. Adicionalmente, se puede notar que una parte importante de los conectores de América Latina presentan un perfil internacionalista, con estudios universitarios o experiencias en Europa. Podemos también mencionar a la comunidad FairCoop, nacida en Cataluña por cooperativas integrales, que tiene sin embargo un corte mucho más político que otras comunidades. Esta comunidad fue creada por activistas de esta región que se oponen al modelo económico vigente dominado por el sistema financiero y promueven las cooperativas como principal actor de la actividad económica, organización histórica en esta parte de España. Otra red que se puede mencionar es Impact Hub, una red de coworking que impulsa los proyectos de emprendedores. Esta red nació de una iniciativa europea y se extendió en el mundo entero, incluso en América Latina.

Por otra parte, la producción de conocimiento y nuevas tecnologías en Europa y Estados Unidos influyen también la forma de pensar y ver el mundo(3). Se puede mencionar así el ejemplo de los Fablabs, un modelo donde predomina la tecnología digital y su uso personal. Proviene de las universidades norteamericanas y este proceso innovador cuenta ya decenas de sedes en América Latina. Así, la mayoría los materiales son en inglés y a pesar de proponer formaciones en todos los idiomas, se necesita conocer el inglés para poder utilizar estas nuevas tecnologías de primera mano. Como bien se sabe, el idioma implica también la difusión de valores culturales y de formas de ver y interpretar el mundo.

Otro de los aportes importantes de la economía colaborativa es pensar su proyecto a través de modelos de negocio. Por ejemplo es muy popular en este sector utilizar el modelo de negocio CANVAS desarrollado por el suizo Alexander Osterwalder. Este modelo permite estructurar un pensamiento lógico de su proyecto, que si bien puede ser muy valioso en algunos aspectos, tiene también un enfoque importante en marketing, es decir que se preocupa más por vender que por solucionar problemas de una sociedad (4). Otro ejemplo son los instrumentos pre-listos como The Platform Design Toolkit para armar modelos de negocio en plataforma, lo que claramente encamina y limita otros enfoques de la economía colaborativa.

Finalmente, los emprendedores buscan fuentes de financiamiento para poder arrancar y desarrollar sus proyectos. Los fondos destinados a financiarlos pueden ser públicos o privados. Esta estrategia se llama en Relaciones Internacionales el poder blando. El poder blando tiene como objetivo influenciar las decisiones y los comportamientos de otros para obtener los resultados que uno desea. Se opone al poder duro y más tradicional como pueden ser los poderes militares o económicos (bloqueos, sanciones económicas). Así, el reporte The Soft Power 30 (5) propone una clasificación de los 30 países más activos en término de poder blando. Unas de las métricas del estudio utilizada para constituir la clasificación y que nos interesa son la ayuda extranjera para el desarrollo, misiones permanentes de organizaciones multilaterales y el número de estudiantes extranjeros. Los resultados de este estudio son inequívocos, los 30 primeros países en 2017 son casi todos de Europa y de América del Norte. El único país latinoamericano es Brasil, en la posición 29, después de Hungría. En el mismo sentido, las multinacionales y sus fundaciones asociadas provienen principalmente de las mismas regiones del globo. Estos financiamientos de proyectos de emprendimiento, cualquiera sean sus sectores, si bien puede tener un propósito moral sincero, trae irremediablemente consigo valores y visiones del mundo a la hora de elegir los proyectos que van a financiar.

Por lo tanto se hace necesario partir de las condiciones socioculturales y medioambientales para proyectar los retos que tendría la economía colaborativa en los países latinoamericanos.

Se hace necesario partir de las condiciones socioculturales y medioambientales para proyectar los retos que tendría la economía colaborativa en los países latinoamericanos.

Pensar la economía colaborativa desde América Latina

Geert Hofstede Cultural Model

Una característica cultural de los latinoamericanos es un sentido alto de la comunidad, al contrario de los países europeos que tienden a ser mucho más individualista. Por consecuencia el modelo cultural de Geert Hofstede nos muestra que existe en América Latina, sobre todo en clases populares, prácticas comunitarias importantes. Así los proyectos de la economía colaborativa podrían desarrollarse y crecer apoyándose en estas estructuras solidarias existentes. Estos proyectos podrían así alcanzar mayor impacto y involucrar mucho más a sectores de la población.

Una característica cultural de los latinoamericanos es un sentido alto de la comunidad, al contrario de los países europeos que tienden a ser mucho más individualista.

Por otro lugar, la situación económica y social de América Latina es particularmente preocupante. La CEPAL nos indica que la tasa de pobreza del subcontinente creció en 2016 hasta afectar más de 30% (6) de la población, mientras que esta misma tasa es de “solo” 17,3% en los países europeos (7). Adicionalmente, los niveles de desigualdad, íntimamente ligado a los niveles de pobreza, hacen de los países latinoamericanos países muy desiguales en la distribución de ingreso. La economía colaborativa podría tener como reto ocupar los espacios dejado vacío por la economía tradicional, empoderando y apoyando poblaciones vulnerables con proyectos productivos por ejemplo.

Por otra parte, el nivel educativo de América Latina está bastante limitado frente a otros continentes. Así, los países de América Latina gastan menos del 5% de su PIB en educación comparado a los más de 6% gastados por los países desarrollados(8). Además no lograr una universalización de la educación, tienen dificultades en ofrecer una educación de alta calidad. Los resultados a la prueba PISA nos muestra que el continente se encuentra al final de cola en casi todos los aspectos de la encuesta(9). En cuanto a investigación, los países latinoamericanos están también muy por debajo de los estándares de los países más desarrollados, graduando pocos doctores al año(10). La economía colaborativa, sin reemplazar la educación tradicional, tiene grandes oportunidades para proponer contenidos educativos a través de la nueva tecnología a las personas que no tienen la oportunidad de ofrecerse una educación en la universidad privada.

En cuanto al tema del futuro del trabajo, la economía colaborativa en América Latina tendría un enfoque distinto al que tiene en Europa dado a contextos radicalmente diferentes. Así según la Organización Internacional del Trabajo(11), América Latina se destaca por tener un nivel de empleo informal importante, llegando a un nivel superior al 53%, mientras que en Europa y América del Norte el trabajo informal está por debajo del 20%. En América Latina, el trabajo como freelance o por plataformas digitales puede ser visto como una oportunidad para mejorar las condiciones laborales de la población y no como una amenaza como lo puede ser en Europa. Claro está que los proyectos no se deberán aprovechar de la cultura informal para su propio beneficio (tipo Uber) pero realmente para el beneficio general, tanto para los trabajadores como los usuarios de los proyectos.

Por otra parte, América Latina es ahora uno de los continentes más urbanizados del planeta, con un 80% de la población viviendo en ciudades(12). Esta rápida concentración de la población en ciudades ocasiona problemáticas a todo nivel ya sea a nivel del transporte, la contaminación, la poca planeación urbanística y muchos otros problemas. La economía colaborativa tiene así un papel muy importante para mejorar las condiciones de vida de su población urbana y tener como objetivo desarrollar una ciudad más sostenible. Así por ejemplo, ¿cómo mejorar el transporte en ciudades que fueron construidas solamente en torno del carro particular?

Por otra parte, los desafíos del cambio climático para los países en vía de desarrollo pueden ser mayores a los de los países occidentales(13). Los riesgos de fenómenos naturales desastrosos son mayores y la preparación de estos países para enfrentarlos son muy insuficientes. Adicionalmente, la región latinoamericana está clasificada como una región con recursos naturales (renovables o no) muy importantes por el Banco Mundial(14). Pareciera que los recursos naturales (como el “pulmón” del mundo que es la Amazona) fueran una oportunidad de crecimiento pero son también un riesgo a largo plazo por la amenaza del cambio climático y del modelo actual de extracción de los recursos naturales. ¿Podría la economía colaborativa en América Latina proponer un modelo de desarrollo menos voraz de recursos primarios?

Finalmente en cuanto al mundo digital, el aspecto importante de la economía colaborativa, América Latina a pesar tener más dinamismo en los últimos años sigue mostrando un retraso importante frente a Europa. Así, la penetración de Internet fue de 66% en 2017 contra más de 84%(15) para Europa. Otro dato interesante a tomar en cuenta es el poco acceso móvil al Internet en los países latinoamericanos. Así en Perú, 54% de los peruanos accedieron a Internet a través del celular pero solo un 30% cuentan con un plan de datos, es decir que solo un tercio de peruanos tienen Internet en su bolsillo(16). Son datos y realidades digitales importantes a tomar en cuenta cuando pensamos en aplicaciones móviles si queremos que la economía colaborativa alcanza a un máximo de persona.

Un rápido panorama del contexto social, económico, laboral y medioambiental de las sociedades latinoamericanas nos permite resaltar diferencias importantes entre países desarrollados y la región latinoamericana. La economía colaborativa latinoamericana debe tomar en cuenta estas realidades para operar de manera más eficiente en nuestra región. Identificamos algunos retos importantes para la economía colaborativa en diferentes áreas. Las experiencias foráneas no deberían ser necesariamente ser copiadas o replicadas en América Latina, pero sí serán fuente de inspiración para integrar las oportunidades locales con ideas internacionales.

Las experiencias foráneas no deberían ser necesariamente ser copiadas o replicadas en América Latina, pero sí serán fuente de inspiración para integrar las oportunidades locales con ideas internacionales.

1. Madariaga, Cañigueral, Popeo, (2018). Claves para entender la economía colaborativa y de plataformas en las ciudades. CIPPEC, http://www.cippec.org/publicacion/claves-para-entender-la-economia-colaborativa-y-de-plataformas-en-las-ciudades/

2. Werlen, Martin, (2018). Ce que l'on a appris en construisant Ouishare, https://www.ouishare.net/article/ce-que-lon-a-appris-en-construisant-ouishare

3. Surth, Lilian, (2015). El rol colonizador del lenguaje, Universidad de Carabobo, http://servicio.bc.uc.edu.ve/multidisciplinarias/estudios_culturales/num14/art02.pdf

4. Dehter, Mario (2014). El lado oscuro del Modelo Canvas, Mario Dehter CEO Blog https://mariodehter.com/aprender/el-lado-oscuro-del-modelo-canvas_7008/

5. Soft Power 30, (2018). Un ranking Global de Poder Blando, Soft Power 30, https://softpower30.com/wp-content/uploads/2018/07/The_Soft_Power_30_Report_2017_SP-1.pdf

6. CEPAL, (2017). La pobreza aumentó en 2016 en América Latina y alcanzó al 30,7% de su población, porcentaje que se mantendría estable en 2017, CEPAL, https://www.cepal.org/es/comunicados/la-pobreza-aumento-2016-america-latina-alcanzo-al-307-su-poblacion-porcentaje-que-se

7. Observatoire des inégalité, (2018). La pauvreté en Europe, Observatoire des inégalités, https://www.inegalites.fr/La-pauvrete-en-Europ

8. Rebossio, Alejandro, (2014). La escolarización en Latinoamérica aumenta respecto a hace 10 años, El País, https://elpais.com/sociedad/2014/05/26/actualidad/1401141073_241656.html

9. OECD, (2016). Singapur encabeza la última encuesta PISA sobre educación que realiza la OCDE a escala internacional, OECD, URL: http://www.oecd.org/pisa/singapur-encabeza-la-ultima-encuesta-pisa-sobre-educacion-que-realiza-la-ocde-a-escala-internacional.htm

10. NSF, (2018). Science & Engineering Indicators 2018, National Science Foundation, URL: https://www.nsf.gov/statistics/2018/nsb20181/assets/561/tables/at02-37.pdf

11. OIT, (2018). Mujeres y hombres en la economía informal: un panorama estadístico, URL: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/documents/publication/wcms_635149.pdf

12. Sawe, Benjamin Elisha (2018). Continents Of The World By Degree Of Urbanization, WorldAtlas, URL: https://www.worldatlas.com/articles/continents-of-the-world-by-degree-of-urbanization.html

13. Sola, Miguel, (2017). El mapa de los países que no sobrevivirán al cambio climático, El Confidential, URL: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-08-30/cambio-climatico-paises-sobrevivir_1435524/

14. Lange, Woden, Carey, (2018). The Changing Wealth of Nations 2018, World Bank, URL: https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/29001/9781464810466.pdf, Página 233

15. Philippe, (2017). Pénétration d’Internet dans le monde en 2017, La Newsroom de Publicis Media, URL: http://www.newsroom-publicismedia.fr/penetration-dinternet-dans-le-monde-en-2017/

16. Osiptel, (2018). Teléfonos Móviles que accedieron a Internet, según disponibilidad de datos, URL: https://www.osiptel.gob.pe/repositorioaps/data/1/1/1/par/68-acceso-internet-movil-empresa-datos-plan/IntMovil_C6.5_DisponibilidadDatos.pdf

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Rémi Norrito
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La economía colaborativa, construcción desde Latinoamérica

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Los progresos tecnológicos y los cambios sociales inherentes a estos pueden ser vistos como una amenaza a nuestros hábitos de vida, nuestras formas de trabajar, acentuando el individualismo y la competencia feroz. Dentro de este panorama la economía colaborativa y los nuevos ecosistemas digitales son considerados como una oportunidad para América Latina, empoderando los individuos, creando y fortaleciendo lazos de solidaridad y mitigando el efecto de la actividad humana sobre nuestra planeta.

Sin embargo, una gran mayoría de estas nuevas oportunidades vienen pensadas y desarrolladas desde países más avanzados y responden a sus propias problemáticas. En este sentido, la economía colaborativa también puede traer relaciones internacionales desiguales entre norte y sur, al igual que los sectores económicos más tradicionales. En otras palabras, es importante “descolonizar” la economía colaborativa imaginada en Europa y EEUU para pensarla desde el Sur. Es así, como un recorrido del contexto social, económico y cultural de América Latina nos permitirá tener como punto de partida nuestras realidades locales para promover y desarrollar una economía colaborativa Latinoamérica.

Las 1001 definiciones de la economía colaborativa

La economía colaborativa, término inventando en países desarrollados, tiene distintas formas de entenderse, definiciones que incluso pueden ser entre sí contradictorias. El análisis de Madariaga, Cañigueral y Popeo(1) presenta una de las definiciones más interesantes de la economía colaborativa: “la economía colaborativa permite utilizar, compartir, intercambiar o invertir recursos o bienes, pudiendo existir o no una contraprestación monetaria entre los usuarios”. La economía colaborativa es una tendencia reciente en los países desarrollados que trata de responder a los retos contemporáneos (crisis financiera, económica, ecológica, individualismo, competición salvaje y destrucción del Estado de bienestar entre otros) haciendo un uso central -pero no exclusivo- de las nuevas tecnologías.

Uno de las grandes áreas hace referencia al futuro del trabajo que busca responder a los crecientes niveles de desempleo, la expansión de los contratos precarios y de los trabajos con plataformas digitales como Uber o Airbnb. Sobre este aspecto del futuro del trabajo, los actores de la economía colaborativa abogan por un trabajo que tenga un sentido y un impacto positivo en la sociedad. En cuanto a la organización de las estructuras de trabajo, se busca utilizar nuevas formas de organización para romper con la fuerte jerarquía de las organizaciones tradicionales pero también adaptarse a la flexibilidad y el dinamismo de los mercados digitales.

Asimismo, la economía colaborativa abarcan temáticas bastante amplias de nuestras sociedades, desde las ciudades colaborativas, la educación, la movilidad, las prácticas colaborativas hasta los ecosistemas colaborativos (2).

La economía colaborativa a la conquista de América Latina

En Latinoamérica, la economía colaborativa tiene una gran influencia de los países europeos. Las iniciativas europeas han sido el motor de los proyectos de economía colaborativa en estos países. Este apoyo puede darse a través de financiamiento de proyectos, conexiones internacionales entre individuos y/o producciones de saberes, académicos o culturales.

Empecemos hablando de las redes o colectivos de emprendedores ya que son uno de los actores importantes en la difusión de la economía colaborativa. Es el caso por ejemplo del colectivo Ouishare, constituido en Francia que se extendió a norteamérica, latinoamérica, áfrica y medio oriente. Así, la mayoría de los conectores (miembros más activos de la organización) provienen de Europa y la mayoría de los eventos globales se realizan en Europa. Adicionalmente, se puede notar que una parte importante de los conectores de América Latina presentan un perfil internacionalista, con estudios universitarios o experiencias en Europa. Podemos también mencionar a la comunidad FairCoop, nacida en Cataluña por cooperativas integrales, que tiene sin embargo un corte mucho más político que otras comunidades. Esta comunidad fue creada por activistas de esta región que se oponen al modelo económico vigente dominado por el sistema financiero y promueven las cooperativas como principal actor de la actividad económica, organización histórica en esta parte de España. Otra red que se puede mencionar es Impact Hub, una red de coworking que impulsa los proyectos de emprendedores. Esta red nació de una iniciativa europea y se extendió en el mundo entero, incluso en América Latina.

Por otra parte, la producción de conocimiento y nuevas tecnologías en Europa y Estados Unidos influyen también la forma de pensar y ver el mundo(3). Se puede mencionar así el ejemplo de los Fablabs, un modelo donde predomina la tecnología digital y su uso personal. Proviene de las universidades norteamericanas y este proceso innovador cuenta ya decenas de sedes en América Latina. Así, la mayoría los materiales son en inglés y a pesar de proponer formaciones en todos los idiomas, se necesita conocer el inglés para poder utilizar estas nuevas tecnologías de primera mano. Como bien se sabe, el idioma implica también la difusión de valores culturales y de formas de ver y interpretar el mundo.

Otro de los aportes importantes de la economía colaborativa es pensar su proyecto a través de modelos de negocio. Por ejemplo es muy popular en este sector utilizar el modelo de negocio CANVAS desarrollado por el suizo Alexander Osterwalder. Este modelo permite estructurar un pensamiento lógico de su proyecto, que si bien puede ser muy valioso en algunos aspectos, tiene también un enfoque importante en marketing, es decir que se preocupa más por vender que por solucionar problemas de una sociedad (4). Otro ejemplo son los instrumentos pre-listos como The Platform Design Toolkit para armar modelos de negocio en plataforma, lo que claramente encamina y limita otros enfoques de la economía colaborativa.

Finalmente, los emprendedores buscan fuentes de financiamiento para poder arrancar y desarrollar sus proyectos. Los fondos destinados a financiarlos pueden ser públicos o privados. Esta estrategia se llama en Relaciones Internacionales el poder blando. El poder blando tiene como objetivo influenciar las decisiones y los comportamientos de otros para obtener los resultados que uno desea. Se opone al poder duro y más tradicional como pueden ser los poderes militares o económicos (bloqueos, sanciones económicas). Así, el reporte The Soft Power 30 (5) propone una clasificación de los 30 países más activos en término de poder blando. Unas de las métricas del estudio utilizada para constituir la clasificación y que nos interesa son la ayuda extranjera para el desarrollo, misiones permanentes de organizaciones multilaterales y el número de estudiantes extranjeros. Los resultados de este estudio son inequívocos, los 30 primeros países en 2017 son casi todos de Europa y de América del Norte. El único país latinoamericano es Brasil, en la posición 29, después de Hungría. En el mismo sentido, las multinacionales y sus fundaciones asociadas provienen principalmente de las mismas regiones del globo. Estos financiamientos de proyectos de emprendimiento, cualquiera sean sus sectores, si bien puede tener un propósito moral sincero, trae irremediablemente consigo valores y visiones del mundo a la hora de elegir los proyectos que van a financiar.

Por lo tanto se hace necesario partir de las condiciones socioculturales y medioambientales para proyectar los retos que tendría la economía colaborativa en los países latinoamericanos.

Se hace necesario partir de las condiciones socioculturales y medioambientales para proyectar los retos que tendría la economía colaborativa en los países latinoamericanos.

Pensar la economía colaborativa desde América Latina

Geert Hofstede Cultural Model

Una característica cultural de los latinoamericanos es un sentido alto de la comunidad, al contrario de los países europeos que tienden a ser mucho más individualista. Por consecuencia el modelo cultural de Geert Hofstede nos muestra que existe en América Latina, sobre todo en clases populares, prácticas comunitarias importantes. Así los proyectos de la economía colaborativa podrían desarrollarse y crecer apoyándose en estas estructuras solidarias existentes. Estos proyectos podrían así alcanzar mayor impacto y involucrar mucho más a sectores de la población.

Una característica cultural de los latinoamericanos es un sentido alto de la comunidad, al contrario de los países europeos que tienden a ser mucho más individualista.

Por otro lugar, la situación económica y social de América Latina es particularmente preocupante. La CEPAL nos indica que la tasa de pobreza del subcontinente creció en 2016 hasta afectar más de 30% (6) de la población, mientras que esta misma tasa es de “solo” 17,3% en los países europeos (7). Adicionalmente, los niveles de desigualdad, íntimamente ligado a los niveles de pobreza, hacen de los países latinoamericanos países muy desiguales en la distribución de ingreso. La economía colaborativa podría tener como reto ocupar los espacios dejado vacío por la economía tradicional, empoderando y apoyando poblaciones vulnerables con proyectos productivos por ejemplo.

Por otra parte, el nivel educativo de América Latina está bastante limitado frente a otros continentes. Así, los países de América Latina gastan menos del 5% de su PIB en educación comparado a los más de 6% gastados por los países desarrollados(8). Además no lograr una universalización de la educación, tienen dificultades en ofrecer una educación de alta calidad. Los resultados a la prueba PISA nos muestra que el continente se encuentra al final de cola en casi todos los aspectos de la encuesta(9). En cuanto a investigación, los países latinoamericanos están también muy por debajo de los estándares de los países más desarrollados, graduando pocos doctores al año(10). La economía colaborativa, sin reemplazar la educación tradicional, tiene grandes oportunidades para proponer contenidos educativos a través de la nueva tecnología a las personas que no tienen la oportunidad de ofrecerse una educación en la universidad privada.

En cuanto al tema del futuro del trabajo, la economía colaborativa en América Latina tendría un enfoque distinto al que tiene en Europa dado a contextos radicalmente diferentes. Así según la Organización Internacional del Trabajo(11), América Latina se destaca por tener un nivel de empleo informal importante, llegando a un nivel superior al 53%, mientras que en Europa y América del Norte el trabajo informal está por debajo del 20%. En América Latina, el trabajo como freelance o por plataformas digitales puede ser visto como una oportunidad para mejorar las condiciones laborales de la población y no como una amenaza como lo puede ser en Europa. Claro está que los proyectos no se deberán aprovechar de la cultura informal para su propio beneficio (tipo Uber) pero realmente para el beneficio general, tanto para los trabajadores como los usuarios de los proyectos.

Por otra parte, América Latina es ahora uno de los continentes más urbanizados del planeta, con un 80% de la población viviendo en ciudades(12). Esta rápida concentración de la población en ciudades ocasiona problemáticas a todo nivel ya sea a nivel del transporte, la contaminación, la poca planeación urbanística y muchos otros problemas. La economía colaborativa tiene así un papel muy importante para mejorar las condiciones de vida de su población urbana y tener como objetivo desarrollar una ciudad más sostenible. Así por ejemplo, ¿cómo mejorar el transporte en ciudades que fueron construidas solamente en torno del carro particular?

Por otra parte, los desafíos del cambio climático para los países en vía de desarrollo pueden ser mayores a los de los países occidentales(13). Los riesgos de fenómenos naturales desastrosos son mayores y la preparación de estos países para enfrentarlos son muy insuficientes. Adicionalmente, la región latinoamericana está clasificada como una región con recursos naturales (renovables o no) muy importantes por el Banco Mundial(14). Pareciera que los recursos naturales (como el “pulmón” del mundo que es la Amazona) fueran una oportunidad de crecimiento pero son también un riesgo a largo plazo por la amenaza del cambio climático y del modelo actual de extracción de los recursos naturales. ¿Podría la economía colaborativa en América Latina proponer un modelo de desarrollo menos voraz de recursos primarios?

Finalmente en cuanto al mundo digital, el aspecto importante de la economía colaborativa, América Latina a pesar tener más dinamismo en los últimos años sigue mostrando un retraso importante frente a Europa. Así, la penetración de Internet fue de 66% en 2017 contra más de 84%(15) para Europa. Otro dato interesante a tomar en cuenta es el poco acceso móvil al Internet en los países latinoamericanos. Así en Perú, 54% de los peruanos accedieron a Internet a través del celular pero solo un 30% cuentan con un plan de datos, es decir que solo un tercio de peruanos tienen Internet en su bolsillo(16). Son datos y realidades digitales importantes a tomar en cuenta cuando pensamos en aplicaciones móviles si queremos que la economía colaborativa alcanza a un máximo de persona.

Un rápido panorama del contexto social, económico, laboral y medioambiental de las sociedades latinoamericanas nos permite resaltar diferencias importantes entre países desarrollados y la región latinoamericana. La economía colaborativa latinoamericana debe tomar en cuenta estas realidades para operar de manera más eficiente en nuestra región. Identificamos algunos retos importantes para la economía colaborativa en diferentes áreas. Las experiencias foráneas no deberían ser necesariamente ser copiadas o replicadas en América Latina, pero sí serán fuente de inspiración para integrar las oportunidades locales con ideas internacionales.

Las experiencias foráneas no deberían ser necesariamente ser copiadas o replicadas en América Latina, pero sí serán fuente de inspiración para integrar las oportunidades locales con ideas internacionales.

1. Madariaga, Cañigueral, Popeo, (2018). Claves para entender la economía colaborativa y de plataformas en las ciudades. CIPPEC, http://www.cippec.org/publicacion/claves-para-entender-la-economia-colaborativa-y-de-plataformas-en-las-ciudades/

2. Werlen, Martin, (2018). Ce que l'on a appris en construisant Ouishare, https://www.ouishare.net/article/ce-que-lon-a-appris-en-construisant-ouishare

3. Surth, Lilian, (2015). El rol colonizador del lenguaje, Universidad de Carabobo, http://servicio.bc.uc.edu.ve/multidisciplinarias/estudios_culturales/num14/art02.pdf

4. Dehter, Mario (2014). El lado oscuro del Modelo Canvas, Mario Dehter CEO Blog https://mariodehter.com/aprender/el-lado-oscuro-del-modelo-canvas_7008/

5. Soft Power 30, (2018). Un ranking Global de Poder Blando, Soft Power 30, https://softpower30.com/wp-content/uploads/2018/07/The_Soft_Power_30_Report_2017_SP-1.pdf

6. CEPAL, (2017). La pobreza aumentó en 2016 en América Latina y alcanzó al 30,7% de su población, porcentaje que se mantendría estable en 2017, CEPAL, https://www.cepal.org/es/comunicados/la-pobreza-aumento-2016-america-latina-alcanzo-al-307-su-poblacion-porcentaje-que-se

7. Observatoire des inégalité, (2018). La pauvreté en Europe, Observatoire des inégalités, https://www.inegalites.fr/La-pauvrete-en-Europ

8. Rebossio, Alejandro, (2014). La escolarización en Latinoamérica aumenta respecto a hace 10 años, El País, https://elpais.com/sociedad/2014/05/26/actualidad/1401141073_241656.html

9. OECD, (2016). Singapur encabeza la última encuesta PISA sobre educación que realiza la OCDE a escala internacional, OECD, URL: http://www.oecd.org/pisa/singapur-encabeza-la-ultima-encuesta-pisa-sobre-educacion-que-realiza-la-ocde-a-escala-internacional.htm

10. NSF, (2018). Science & Engineering Indicators 2018, National Science Foundation, URL: https://www.nsf.gov/statistics/2018/nsb20181/assets/561/tables/at02-37.pdf

11. OIT, (2018). Mujeres y hombres en la economía informal: un panorama estadístico, URL: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/documents/publication/wcms_635149.pdf

12. Sawe, Benjamin Elisha (2018). Continents Of The World By Degree Of Urbanization, WorldAtlas, URL: https://www.worldatlas.com/articles/continents-of-the-world-by-degree-of-urbanization.html

13. Sola, Miguel, (2017). El mapa de los países que no sobrevivirán al cambio climático, El Confidential, URL: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-08-30/cambio-climatico-paises-sobrevivir_1435524/

14. Lange, Woden, Carey, (2018). The Changing Wealth of Nations 2018, World Bank, URL: https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/29001/9781464810466.pdf, Página 233

15. Philippe, (2017). Pénétration d’Internet dans le monde en 2017, La Newsroom de Publicis Media, URL: http://www.newsroom-publicismedia.fr/penetration-dinternet-dans-le-monde-en-2017/

16. Osiptel, (2018). Teléfonos Móviles que accedieron a Internet, según disponibilidad de datos, URL: https://www.osiptel.gob.pe/repositorioaps/data/1/1/1/par/68-acceso-internet-movil-empresa-datos-plan/IntMovil_C6.5_DisponibilidadDatos.pdf

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Rémi Norrito
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